jueves, 18 de febrero de 2010

Sobre una foto y su mensaje

No soy muy creyente, al menos no soy un creyente "al uso" pero cuando ocurren ciertas cosas, te cercioras de que hay "algo más" aparte de "ésto".

Suelo ir a casa de mis abuelos maternos cuando quiero pensar tranquilamente sobre la Semana Santa, cuando necesito clarificar mis ideas, cuando empiezo a no encontrarle sentido a algunas coas. Allí es sencillo, el armario del baño todavía huele al after shave de mi abuelo (Floïd, como debía ser), los cajones de ropa a jabón Heno de Pravia y el armario de madera en el que mi abuela guardaba todos sus recuerdos más preciados sigue oliendo a eso, a lugar prohibido, a cofre de los tesoros, a los papeles de su esposo, a mi niñez y a su vejez.

Me entretengo hojeando los legajos de mi abuelo, donde apuntaba sus ideas, sus listas de cosas por hacer en San Juan (¡madre mía si las hubiese hecho todas!), los recibos de los tambores, de los empujatronos, del florista, ... también hay fotos, no muchas porque no era muy de "eso". La reina de las fotos era mi abuela, le encantaba salir en ellas y tener muchas fotos de la familia, de sus nietos, de sus hermanos, de sus hijas, de sus compañeros de trabajo, ...





A lo que voy, pasando distraidamente fotos que he visto miles de veces me he parado en ésta, también hay varias copias en casa de mis padres y yo mismo tenía otra por casa, pero no se porqué razón (bueno, ahora sí) me he parado a mirarla y le he dado la vuelta. Nunca, nunca le dí la vuelta a esa foto, jamás había leído eso, ni jamás me expresó ese deseo. Yo, sin saberlo, cumplí su deseo, hoy ella me ha hecho recordar los míos..

Realmente no se si alguien lee éste blog, y de los que puede que lo lean no muchos entenderán lo que significa ésto. Pero hay algunos que sí, que entienden lo que ésto puede llegar a significar para mí y para ellos.



Gracias, abuela.

5 comentarios:

Agustín Alcaraz Peragón dijo...

Emocionante y precioso. Enhorabuena por el blog, por tus vivencias, y muchas gracias por compartirlas. Quien te conoce sabe de tu pasión procesionista, pero no está de más leerla, todo lo contrario. Porque da igual que uno sea de una agrupación o de una cofradía (bueno, tú me entiendes, no da igual, pero sí en este caso), cuando uno siente en sus venas este bendito gen, se siente igual aunque la túnica sea de otro color. Un abrazo Diego.

Diego Barahona dijo...

Me alegro de que te guste éste humilde comienzo. Muchas gracias amigo.

Anónimo dijo...

preciosa anécdota la de la foto, todos tenemos fotos así dedicadas por nuestras abuelas. gracias por hacerme recordarlas. un saludo de marrajo23

Anónimo dijo...

Diego, gracias por enseñarnos parte del alma de un cartagenero. Manifestar y compartir sentimientos engrandece a la persona. Ese lado tuyo tan sensible, hace que seas muy especial. Mª del Mar.

Unknown dijo...

Hola, Diego he tardado en ver tu blog, muy emotiva la anecdota de la foto, de un nieto orgulloso de llevar sangre tan procesionista en las venas. La foto de la portada es una auténtica Holga.